El acné ha sido, por años, un problema que ha afectado a millones de personas. El tratamiento de láser CO2, en este tipo de casos, es efectivo para borrar aquellas marcas que durante años han causado miles de inseguridades. La utilización del láser de dióxido de carbono (CO2) es un nuevo método de exfoliación de la piel. Reservado para cicatrices muy marcadas; la aplicación de esta tecnología láser de avanzada ha dado muy buenos resultados, con mejoras de hasta el 90% del aspecto inicial.
¿Cómo funciona el tratamiento?
Para empezar, es importante decir que no es como cualquier otro peeling, que casi no requiere cuidados.
Durante el tratamiento con láser de CO2 se utiliza anestesia local o incluso, de ser necesario, sedación intravenosa. Puede realizarse en una zona específica –en el caso de querer corregir un defecto puntual- o en todo el rostro.
A través de la aplicación de rayos de luz pulsada o distribuida a una velocidad muy elevada, se extraen las capas de piel superficiales, hasta llegar a dejar descubierta la piel subyacente, que no ha sido alcanzada por las marcas que queremos borrar. Se estimula entonces la regeneración de estas capas, ya sin el defecto.
El LASER DE CO2, realiza una exfoliación profunda de la piel eliminando de esta manera estas secuelas el procedimiento. Es importante cuidarse de la exposición solar excesiva, por ello la mejor temporada para realizarse este procedimiento es en durante el invierno.
El tratamiento normalmente en el caso de las cicatrices de ACNE se lleva a cabo mediante 2 a 3 sesiones que se pueden dar una por mes o cada dos meses.
El tratamiento es más utilizado en el rostro porque es el sitio de predilección para que la piel sane con mayor rapidez, sin embargo puede aplicarse en otras zonas del cuerpo. Se realizan entre tres o cuatro procedimientos con un intervalo de cuatro semanas.
Antes del tratamiento y después de él se debe evitar la exposición solar, pues de lo contrario pueden producirse cambios en la coloración de la piel.
Antes de iniciar el tratamiento, al paciente se le administra una crema anestésica local, para un mayor confort durante la sesión.
La piel puede enrojecerse durante unas cuatro horas. Luego puede aparecer una sensación áspera en la zona tratada, que cede al tercer día. El fenómeno de reparación del colágeno se ve en tres semanas y los resultados óptimos al finalizar el tratamiento. Según el problema a resolver, pueden ser necesarias varias sesiones con un intervalo de un mes entre ellas.
Se recomiendan tres sesiones para arrugas moderadas, y cinco sesiones en casos de secuelas de acné.