Tu rostro es tu carta de presentación. No importa que estés bien arreglada si tu piel luce horrible. Así es que lee cuidadosamente cuáles son los enemigos número uno de una piel sana, y evítalos para lucir radiante, maquillada o al natural
Nuestra piel necesita humectarse. El clima y tu tipo de piel influyen mucho en el grado de humectación que ésta necesita. Por ejemplo, una piel grasa en un clima cálido, quizá no requiera de tanta humectación, mientras que si está en un clima frío y seco, la necesitara muchísimo. Para que tu piel esté bien hidratada, necesitas hacer dos cosas: la primera, beber agua natural (no refrescos), y la segunda, utilizar una crema hidratante para tu tipo de piel

Toda la piel de tu cuerpo necesita limpieza, en especial la de tu rostro, ya que está en contacto directo con el polvo y la contaminación. Si mantienes la piel de tu cara limpia, evitarás los puntos negros. Además de que se ven mal, si permanecen mucho tiempo en tu rostro, harán que tus poros se abran, aumentando su tamaño. Por ello, debes lavar tu cara diariamente, por la mañana y antes de acostarte

Lo que comes se refleja en todo tu cuerpo: en la calidad de tus uñas y de tu cabello, en lo delgado o gordita que estés, y también en tu piel. Por ejemplo, tu cuerpo necesita grasas que puedes obtener de alimentos como el pescado o la linaza. Si no ingieres grasa suficiente, tu piel se puede ver seca, y si le faltan nutrientes puede perder color y verse marchita. Por ello, debes comer equilibradamente y evitar los alimentos chatarra. No es difícil. Con hacer pequeñas cosas positivas en tu vida diaria, podrás tener un rostro limpio y sano, y la consecuencia será que te verás mucho más linda